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La noticia, aunque desmentida por un lapsus linguae, no deja de tener su enjundia, ya que desde Freud sabemos que muchas veces somos traicionados por el subconsciente, que expresa lo que pensamos pero no estamos dispuestos a decir. Echando las cuentas de la vieja, si el próximo septiembre empiezan 20.000 niños a pagar cada mes entre 18 y 81 euros por almorzar en la escuela, y ponemos una media de 40 euros/mes/niño, nos salen 600.000 € mes, unos 6 millones de euros en los 7,5 meses de curso, 6 millones que cobrarán las empresas de catering que sirven los comedores escolares. Si todos los padres deciden usar de fiambrera, digamos que no les podrá ir muy bien a dichas empresas. ¿De quién son estas empresas para provocar tal lapsus linguae del señor Oitaven?

Jesús Vázquez, Conselleiro corresponsable colegiado del decreto del Gobierno Gallego, dice en una entrevista (refiriéndose al llamado copago en los comedores) que la medida es muy progresista. ¡Qué manía!, si son un partido conservador y hacen política conservadora, ¿a qué coño viene decir que la medida es progresista?, ¿o estamos de nuevo con otro lapso y donde dijo progresista quería decir progresiva, o sea, gratuita hasta 1501 € de sueldo al mes en casa? Y repite el mantra: «el alumnado de la concertada tiene un coste inferior al de la pública «. Si es así, ¿para qué quieren el concierto? Porque estos colegios cobran derramas en actividades extras obligadas, calefacción u otros. No está demostrado que lo concertado sea más barato, puesto que no compite en igualdad de condiciones con lo público (profesores con contratos de 9 meses etc.), segregan por sexo, por estatus familiar e incluso religión, y no me vengan conque no es así, díganme si un niño no creyente es tratado igual en un colegio religioso.

Y habla, para justificar la medida, de que así no se detraen los dineros para los parados, y tan campante, mientras la Xunta paga 10,7 millones para que las furgonetas eléctricas de Citroën lleven la marca Galicia. ¡Recoño!, si añadimos los 40 millones que ya le regaló en 2010, ¿de dónde se detrae? Creo que debería ser Citroën quien tendría que pagar a la Xunta por usar la marca Galicia en sus coches.
Sin ánimo de caer en el arbitrismo, por qué no nos sentamos todos y razonamos, implantamos la jornada única (ahorraríamos en comedores, gasolina donde no hay comedores) y acabamos con los conciertos, que si fueron de necesidad en su día, en la actualidad hay que dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César: la administración debe mantener a la administración. No se puede ser liberal y estatista a la vez.

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